La depresión deja una huella de tristeza sobre todo el trabajo creativo tanto en la vida real como en la escena, y ejerce una influencia constante en el yo interno sobre todas las acciones y pensamientos. Es el egoísmo y no el amor a la humanidad lo que conduce al hombre a la depresión y lo vuelve presa del miedo. El egoísmo produce en el círculo de trabajo creativo una atmósfera en la que se tienen pensamientos molestos, como: “es terriblemente difícil, o me siento incómodo, todos me miran, los demás lo hacen mucho mejor que yo...”. Así la riqueza creativa del actor se hunde en el pantano de esas estúpidas preocupaciones. En éste caso es el actor mismo quien se crea dificultades y no puede liberar las mejores energías para entrar al círculo creativo con amor y entusiasmo.Si no poseen sentimientos de simpatía hacia los demás, tienen que hacer lo posible para adquirirlo. Despídanse de sus huéspedes: envidia, duda, inseguridad y miedo, y abran de par en par las puertas de la alegría. Se prometen a ustedes mismos, que no habrá ningún momento que no sea alegre, y verán como por efecto de magia, tendrán éxito en todo lo que hagan. Y lo que todavía ayer no podían encontrar para resolver en un papel, lo encontrarán y lo lograrán expresar hoy.Ábranse cada vez más a la alegría, día con día, y sentirán en ustedes mismos, qué fuerza invencible posee.Observen la cara de los grandes actores creativos. Sus rostros siempre están inspirados, tranquilos, alegres y enérgicos. En todos ellos se observa la energía de una tensión alegre, y no la expresión de una voluntad apática, floja, concentrada en sí misma. La alegría de los grandes artistas no deriva de los secretos de su genio, sino de la conciencia del propio amor y la propia bondad y de la acogida que estas cualidades encuentran siempre en las demás gentes.No existen artistas que por voluntad del destino estén obligados a ser infelices.....Tienen que estar enamorados cada día de algo o de alguien: de un cuadro, un rol, una flor, una canción, una mujer cuyo perfil vieron por casualidad y les hizo pensar en Venus y les ayudará hoy a poblar el círculo creativo con nuevas imágenes brillantes; un paisaje, un encuentro de fútbol que les produjo un sentido de alegría, etc.; enamórense de lo que quieran a condición de que su espíritu esté siempre en un estado de exaltación, para que la vida cotidiana que les rodea, tenga en ustedes un material explosivo.Jamás olviden que viven sobre la tierra y para la tierra y no encima. Eligieron el camino del teatro. Entonces son unos siervos de quien los quiere ver. Nunca se coloquen por encima del espectador común, sino considérense siempre un instrumento que tiene que comunicar al espectador belleza, y tienen que impresionarlo en ese sentido.Rehuyan la monotonía en la selección de sus problemas. Cuando predispongan sus tareas y elijan sus “yo quiero” observen el funcionamiento de su atención y pongan mucha atención a su voz. Si se dieron cuenta de que su voz posee un timbre trágico elijan como ejercicio unas tareas ligeras y cómicas. Desarrollen en su germen creativo toda una posible gama de la alegría; recuerden siempre mis palabras: la alegría es una fuerza y una potencia invencible.
La depresión deja una huella de tristeza sobre todo el trabajo creativo tanto en la vida real como en la escena, y ejerce una influencia constante en el yo interno sobre todas las acciones y pensamientos. Es el egoísmo y no el amor a la humanidad lo que conduce al hombre a la depresión y lo vuelve presa del miedo. El egoísmo produce en el círculo de trabajo creativo una atmósfera en la que se tienen pensamientos molestos, como: “es terriblemente difícil, o me siento incómodo, todos me miran, los demás lo hacen mucho mejor que yo...”. Así la riqueza creativa del actor se hunde en el pantano de esas estúpidas preocupaciones. En éste caso es el actor mismo quien se crea dificultades y no puede liberar las mejores energías para entrar al círculo creativo con amor y entusiasmo.Si no poseen sentimientos de simpatía hacia los demás, tienen que hacer lo posible para adquirirlo. Despídanse de sus huéspedes: envidia, duda, inseguridad y miedo, y abran de par en par las puertas de la alegría. Se prometen a ustedes mismos, que no habrá ningún momento que no sea alegre, y verán como por efecto de magia, tendrán éxito en todo lo que hagan. Y lo que todavía ayer no podían encontrar para resolver en un papel, lo encontrarán y lo lograrán expresar hoy.Ábranse cada vez más a la alegría, día con día, y sentirán en ustedes mismos, qué fuerza invencible posee.Observen la cara de los grandes actores creativos. Sus rostros siempre están inspirados, tranquilos, alegres y enérgicos. En todos ellos se observa la energía de una tensión alegre, y no la expresión de una voluntad apática, floja, concentrada en sí misma. La alegría de los grandes artistas no deriva de los secretos de su genio, sino de la conciencia del propio amor y la propia bondad y de la acogida que estas cualidades encuentran siempre en las demás gentes.No existen artistas que por voluntad del destino estén obligados a ser infelices.....Tienen que estar enamorados cada día de algo o de alguien: de un cuadro, un rol, una flor, una canción, una mujer cuyo perfil vieron por casualidad y les hizo pensar en Venus y les ayudará hoy a poblar el círculo creativo con nuevas imágenes brillantes; un paisaje, un encuentro de fútbol que les produjo un sentido de alegría, etc.; enamórense de lo que quieran a condición de que su espíritu esté siempre en un estado de exaltación, para que la vida cotidiana que les rodea, tenga en ustedes un material explosivo.Jamás olviden que viven sobre la tierra y para la tierra y no encima. Eligieron el camino del teatro. Entonces son unos siervos de quien los quiere ver. Nunca se coloquen por encima del espectador común, sino considérense siempre un instrumento que tiene que comunicar al espectador belleza, y tienen que impresionarlo en ese sentido.Rehuyan la monotonía en la selección de sus problemas. Cuando predispongan sus tareas y elijan sus “yo quiero” observen el funcionamiento de su atención y pongan mucha atención a su voz. Si se dieron cuenta de que su voz posee un timbre trágico elijan como ejercicio unas tareas ligeras y cómicas. Desarrollen en su germen creativo toda una posible gama de la alegría; recuerden siempre mis palabras: la alegría es una fuerza y una potencia invencible.
1 comentario:
Que gran texto sin pensarlo leí, pues en el encontre que la alegria es una fuerza positiva, que atrae exito, amor y realizacion personal.
felicitaciones Aleja.
Publicar un comentario